Historia de un hallazgo
El hallazgo y excavación del Teatro Romano de Cartagena en estos últimos años ha sido uno de los descubrimientos más sorprendentes de la arqueología de la ciudad, pues si bien se sospechaba por estudiosos y arqueólogos la entidad que debía tener la urbe en época romana, sus monumentales restos han venido a certificar el importante papel que desempeñó en la historia de la Hispania antigua.
Cuando contemplamos la espléndida arquitectura del teatro, todos nos preguntamos cómo ha sido posible que un monumento de esta categoría y dimensiones hubiera estado oculto durante siglos. Ello se debe a que nos encontramos ante uno de los escasos sectores de la ciudad ocupado de forma ininterrumpida hasta nuestros días, de forma que su fisonomía original había quedado enmascarada.
La superposición parcial de la Catedral Vieja sobre la parte superior del teatro romano, que hoy valoramos como una de las mayores singularidades de este conjunto arqueológico, no es sino el resultado final de una compleja sucesión de barrios y estructuras que han convertido esta zona de la ciudad en un auténtico libro de Historia, narrada a partir de sus testimonios materiales.
En la trama urbana moderna, el espacio en el que se desarrolla el teatro, estaba ocupado por un humilde, pero popular barrio que con el paso de los tiempos se había convertido en una de las zonas más deprimidas y abandonadas del casco antiguo, de manera que la recuperación integral del edificio romano ha transcendido de ser una simple investigación arqueológica y se ha convertido en el motor de regeneración de una amplio sector de la ciudad, además su situación junto a algunos de los edificios más emblemáticos como la Catedral, el Palacio Consistorial, el Castillo medieval y las instalaciones portuarias, le convierte en uno de los lugares más atractivos y monumentales de la ciudad.
El inicio de los trabajos se produjo en Octubre de 1988 al realizar una primera campaña de excavación en el solar de la Casa-Palacio de la Condesa Peralta, destinado a albergar el Centro Regional de Artesanía en Cartagena. Esta primera campaña proporcionó una compleja superposición de estructuras y unos ricos elementos arquitectónicos que ya preludiaban la importancia de aquellas construcciones, las cuales por fin tomaron forma en la campaña de 1990, cuando se pudieron identificar los restos aún muy parciales del Teatro.
Los trabajos de recuperación arqueológica del teatro romano adquirieron un ritmo programado, gracias al convenio de colaboración suscrito entre la Comunidad Autónoma, el Ayuntamiento de Cartagena y la fundación Cajamurcia en 1996.
En el período de tiempo transcurrido entre los años 1996 y 2003, se completa la casi total excavación de todo el Teatro, pudiéndose percibir en toda su grandiosidad y esplendor.