El Teatro Romano
Al final del recorrido se accede al Teatro Romano. La salida del corredor desemboca en una pasarela que enlaza directamente con el pasillo de circulación que separa la ima y media cavea. Desde este punto se tiene una visión completa del Teatro, cuya geometría se ve remarcada por la restitución del muro de cierre, y el fondo paisajístico del Parque de la Cornisa. A partir de aquí se inicia el recorrido dentro del edificio por los pasillos de la cavea, y por las escaleras radiales que permiten recorrer el monumento.
Los trabajos arqueológicos efectuados desde 1990 hasta la actualidad han permitido conocer y comprender la excepcional arquitectura y significado del edificio de espectáculos. Su situación en uno de los cerros más elevados de la ciudad y junto al puerto produciría una primera imagen de magnificencia a todos los que llegaban a la ciudad por mar. Su disposición en la ladera del cerro facilitó además la construcción de la cavea, que en su parte central aparece excavada en la propia roca del monte, mientras que los flancos laterales se apoyarían en galerías abovedadas. La cavea, con una capacidad para 7.000 espectadores, se articula en tres sectores horizontales (moeniana), divididos a su vez por cinco escaleras radiales en la ima y siete en la media y summa.
Frente al graderío se sitúa la fachada escénica que se puede restituir, a partir del análisis de las improntas y de los elementos arquitectónicos, con una planta articulada tres exedras de tendencia curvilínea, y un alzado de 16 m de altura con dos órdenes, en los que la combinación de los tonos rojizos de las columnas, blancos de los capiteles y basas, y grises del podium crean un sugerente juego cromático.
Los trabajos de restauración han seguido unos criterios básicos orientados principalmente a una mejor comprensión del monumento, por lo que ha sido necesario reponer con obra nueva aquellos restos del graderío que habían desaparecido por completo, sin alterar en ningún momento su fisonomía, mientras que se ha consolidado y dejado visible toda la obra original que se había conservado. Por último, se ha realizado una reposición de los accesos para garantizar la visita y recorrido en el interior del edificio y se ha restituido parcialmente la fachada escénica integrando elementos originales. Tras completar la visita al monumento, la salida se realiza por el aditus occidental que conecta directamente con la Plaza de la Condesa Peralta.